Seleccionar página

En el aire, tu voz no tiene peso.
Su fuerza no proviene de tus piernas.
El rumor de quedarte entre nosotros
Es el mejor regalo que nos dejas.

Algo me hace pensar que has decidido
Parar aquí, cantando entre los tuyos,
Sin concederle al cuerpo el artificio
Que le haga prolongar lo innecesario.

Y eso nos tiene ahora consternados,
Todavía temblando, con el vacío en la boca;
Sorteando la curva de una lágrima boba
Que expresa poco y mal lo que tú has dado.

La sonrisa imposible, la mirada sin miedo,
Una figura frágil y un montón de batallas.
Ninguna cárcel te calló la palabra.
Dulce dardo, tu boca al descubierto.

Me voy a conceder tras un silencio
El gusto de pensar en ti sin prisas,
Haberte conocido y transitar tu aprecio,
Tu emoción militante. Elisa Serna, gracias.